sábado, 26 de enero de 2019

CÓMO APORTAR A LA INFORMACIÓN EN TIEMPOS DE DICTADURA



CÓMO APORTAR A LA INFORMACIÓN EN TIEMPOS DE  DICTADURA 
               
               Wilson Prada  


       En los momentos de crisis sociales, existe en todos nosotros una necesidad de compartir información para ayudar a familiares y amigos en la toma de decisiones que les permitan seguridad y sosiegoEl problema es que, en otros, el acto de difundir información está motivado por la necesidad de protagonismo y posicionamiento en la red usando la estrategia de crear polémicas y noticias falsas. El asunto radica entonces en que usted, solo usted y nadie más que usted, sea capaz de entender su rol de comunicador en este proceso, ya sea desde el análisis, desde la cobertura de los hechos o desde su función de antena  repetidora. Lo de antena repetidora suena extraño ¿Cierto?, pero ¡no!, no es tan descabellado si tomamos en cuenta la censura aplicada a los medios impresos, televisivos o radiales, a lo que, además podemos agregar que muchas veces, desde nuestra cotidianidad tecnológica, obviamos que Venezuela no es una ciudad gigante; nuestro país tiene extensas zonas rurales a las cuales no llega la cobertura de internet. La escasa señal de telefonía se encuentra totalmente afectada por los continuos robos y daños temporales o permanentes de las antenas de repetición. Por supuesto, nada de eso es ajeno a una política comunicacional de sometimiento por parte del estado. 

Ahora, sabemos que tres cuartas partes de nuestra población, es decir, más de 18.000.000 de venezolanos, no poseen teléfonos inteligentes y la señal de internet (con la velocidad de navegación más baja de Latinoamérica) solo cubre el 40% de la nación. Eso genera una inmensa nube de desinformación dado que, ese gran porcentaje de venezolanos sin una puerta a la red, solo tienen acceso a los canales y emisoras gubernamentales a través de las cuales son bombardeados día y noche con mensajes controlados por el régimen. Ante esa desventaja,  debemos tomar medidas para resistir a la hegemonía comunicacional.

Ya que está leyendo esto, se supone que usted posee formas de conexión a la red, entonces, es un candidato privilegiado para hacer resistencia comunicacional. Usted pertenece ahora a ese pequeño porcentaje al que la tecnología le permite tener en la mano un dispositivo para ser observador, un testigo, pero también un constructor de la memoria, por lo que debe discernir entre honrar sus convicciones o entorpecer lo que puede ser la última oportunidad de ser libre en pleno siglo XXI. 

Ahora sabe que, en este momento, la única vía útil son las redes sociales y que estas deben estar al servicio de una información fluida y pertinente; no obstante, son estas redes  las que estamos llenando de discusiones bizantinas, publicidad, asuntos domésticos y autocontemplaciones que nada aportan a la solución del conflicto; peor aún, le dan espacio a las estrategias del poder al ralentizar la velocidad de carga y descarga de información, un mayor tiempo de verificación de las noticias lo provoca  un mayor consumo  de energía y  datos de navegación.

Una buena manera de colaborar es mantener sus impulsos de respuesta bien administrados, para ello lo invito a seguir estas recomendaciones:

Utilice el tiempo necesario en verificar a través de buscadores, el verdadero origen de las imágenes que está viendo, así verá si estas responden al presente que estamos viviendo o, por el contrario, son manipuladas y pertenecen a realidades y tiempos  distintos.

Recuerde antes de grabar o fotografiar que aquello que está registrando se convierte en prueba de identificación para establecer la memoria de lo que vivimos fuimos y de lo que aspiramos sea un aporte a la hora de justicia. Así que vacíe y resguarde todas las imágenes de  su cotidianidad. Para dejar espacio libre suficiente.

 Su registro visual merece convertirse en un documento, un acto inteligente, no instintivo. Por ello, mientras graba, responda a las conocidas preguntas ¿Qué?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿quién?  El resto de la información quedará  automáticamente registrada en la metadata.

Su registro merece la concentración suficiente para mantener el pulso y con ello,  la nitidez de imagen,  así que aún en la conmoción de los eventos, trate de mantener su respiración y su equilibrio.

No deje todo para el último momento. Busque ahora los lugares seguros que le permitan abarcar el mayor campo de escena colocando su dispositivo en posición horizontal. Practique el tiempo necesario hasta  generar un hábito que  le permita convertir su registro  en documento.

Si lo que desea escribir es algo que redunda en  lo ya dicho  mil veces por otras personas, solo piense que estamos en una crisis comunicacional inducida, así que deje espacio para que la información importante fluya. 

Haga anotaciones de lo más relevante y, una vez ordenado, conviértase en comunicador telefónico.

Haga dos veces al día un reporte de todo lo que ha ocurrido para sus familiares y amigos

Recuerde que de cada 10 venezolanos solo 3 tienen teléfonos inteligentes y conexión de datos muy limitada (entre 1.1 y 1.4 gb). 

Piense que muchos intentan resguardar sus pocos datos para registrar la represión en sus comunidades. 

Utilice de manera inteligente sus redes. Este es el momento del protagonismo social, no de la estrella personal. Invite a su ego a convertirse en actor de la historia de un país entero y no a hacer el papel de un efímero contador de corazoncitos.

En fin, dedique su tiempo de resistencia a su salud mental y a hacer aportes importantes a la causa.